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CONSUMISMO HUMANO


Vivimos en una sociedad donde todo se consume y se desecha. Incluso se llega a consumir a las personas, utilizando lo que nos es provechoso y desvinculándolos en un breve periodo. Cada uno de nosotros estamos inmersos en este nuevo patrón de consumismo.

Sin embargo, las personas no somos objetos y somos una fuente continua de talentos, cada día siendo capaces de re inventarnos.

En las empresas, los mismos empleados cambian de organización sin mayor dificultad buscando mejoras, cuando hace algunos años los trabajadores podían laborar por periodos mayores a diez años y las empresas contaban con el mismo personal, al menos que cometiera una falta grave. Ahora los contratos son de tres meses y se esperan resultados inmediatos pues consideran que existen otras personas que pueden aprovechar mejor la oportunidad, lo cual no está lejos de la verdad, pero no se detienen a considerar que se trata con personas y no con computadoras automatizadas. Está muy en boga el outplacement, que trata de re ubicar a las personas desvinculadas en otros puestos o brindarles herramientas para actualizarse y reinsertarse en el mercado laboral.

Si extrapolamos a un lenguaje coloquial para nuestra sociedad de consumismo humano, se podría considerar como reciclaje de personas, si salimos del ámbito laboral y nos centramos a un nivel interpersonal, lo podríamos considerar como la capacidad de los individuos de preocuparse por el bienestar de las personas en nuestro entorno. Si hablamos de las relaciones de pareja, nos encontramos en una situación donde las personas sacan el mayor provecho y al sentirse desmotivados hacía la relación o si sienten que sus necesidades no son cumplidas, se pasa a la siguiente relación. Se puede observar que los matrimonios hoy en día no duran más de cinco años, triunfadores son los que llegan a diez.

Según las cifras del INEI en el año 1993, entre separados y divorciados existieron 335,149 personas y el 2007 se incrementó a 828,335 personas, Si dejamos de lado las razones, las cuales conversaremos en otra edición, y nos centramos en la desvinculación, es importante hacer un outplacement interpersonal. Preocuparse que la persona vuelva a reinsertarse exitosamente al mercado de las relaciones humanas, resaltando sus cualidades y haciendo una especie de feedback para el mejoramiento de la ex pareja. Esto no solo lo beneficia a la pareja sino a uno mismo pues se le considerará como una persona íntegra que se preocupa por su prójimo y en última instancia por la sociedad porque será el primero en realizar un exitoso “reciclaje de personas”.

Para mayor información llámame al 999203060 que con gusto atenderé tus dudas.

Lic. Tatiana Cuadros

Psicóloga

C.Ps.P 11195

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